¿Qué más?
¿Qué más piedras y rayos caerán
sobre mi coraza?
Ya no puedo contener más golpes
que resquebrajan ilógicas grietas.
Filtran todo lo que sofoca
y corre por los conductos
que proveen vida.
¡Tanta suciedad!
–Tranquila. Construye un caparazón
que proteja tu mente de tanta miseria humana.
– ¿Si pudiera?
Los ojos serían sordos, la voz no tendría luz.
La razón zozobraría en el ojo del huracán
¿Y yo?
Yo, desearía ser nonata.
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